cada planta ahora anuncia una ley sempiterna;
y cada flor conversa claramente contigo.
pero si de la diosa escritura aquí aciertas
a descifrar, doquiera con leves variantes,
la encontrarás también siempre en el fondo igual.
goethe (la metamorfosis de las plantas)
el cosmos se nos presenta en su vastedad y multiplicidad inabarcable a nuestros sentidos. nuestro cerebro recoge, corta y une nuestras abstractas sensaciones en una construcción que es nuestro modo de entender el mundo, nuestra idea de mundo es una imagen de él. así, superponemos un orden abstracto al cosmos, inventamos la ciencia, para intentar señalar aquello que no podemos abarcar, separando, agrupando, ordenando y clasificando. proyectamos nuestro modo de ver las cosas sobre ellas y nos tranquilizamos, al menos por un rato.
la observación de goethe sobre las plantas descansa en esta necesidad de comprender el cosmos, que lo ve como un sistema de variaciones en constante movimiento a través de la mutación. la pregunta de goethe es una pregunta sobre la identidad de las cosas y el cosmos.
yo, por mi parte, llevo esta observación sobre la variación a la raíz de mi trabajo, a los procesos de generación de mis pinturas. al plantear el problema como una variación, se anula la posibilidad de una pintura estática y aislada, es una idea en proceso de mutación, del que vemos sólo momentos. momentos intrínsecamente coherentes con los otros momentos de la serie, porque ¿cuándo algo deja de ser lo mismo para ser otro?
por esto se requiere de otra mirada distinta a la que nos es habitual, una mirada reflexiva capaz de ver no sólo las partes, sino más bien de develar las relaciones entre ellas, su interacción en un sistema de coincidencias, entre lo cromático, lo formal, lo poético y lo material, que las sostiene dentro de un formato. escarbar en lo aparente para encontrar aquello que permanece.
desde esta mirada, entiendo la pintura como la construcción de un lenguaje a partir de la reflexión.
pero, ¿qué es reflexión?
reflexionar es un proceso de contemplación activa sobre la idea, interrogándola en su más íntima estructura, su genética. proceso desde el cual surgen las diferentes mutaciones de cada idea, que cristalizan en pinturas, desarrolladas en sistemas de variaciones.
también podemos entender la reflexión como relacionada al reflejar, una de las acciones a las que acostumbro a someter mis ideas, intentando verlas nuevamente como extrañas, en cada uno de sus momentos: verso, inverso, reverso, diverso o converso.
además, re-flexión es replegar, volver a plegar. de este modo, reflejando partes de la idea, genero sistemas de simetrías implícitas, conformando motivos con pliegues superpuestos que investigo plásticamente en estas pinturas que he llamado pliedros.
mi pintura se funda en sus propias cualidades, no es una ilusión, tampoco una alusión. este, es un trabajo motivado por los elementos que le son propios, en la articulación de un lenguaje que no nombra, sino que comparece.
la identidad es la llave para abrir la reflexión.
jorge young
agosto 2003